24 abril 2006

el p**** caos

hola, amiguitos! como habréis visto, o mejor dicho, habréis dejado de leer, llevo un par de semanas largas sin bajarme del caballo. la semanasanta me produce guirifobia, de cuya sintomatología y tratamiento os he de hablar en una posterior ocasión. además, los chaparroncillos de lluvia ácida me han sulfatado los goznes y me resultaba harto difícil bajarme del caballo si no era de un salto. y para colmo, últimamente duermo a ratos por culpa de las obras de la autopsia, perdón, de la autopista, y por el día me hallo sumamente amodorrado. pero hoy, finalmente, me he decidido a salir de paseo y...















































voy y me encuentro con el p**** caos.

algunos conoceréis a PePe Sonrisas por sus convenios urbanísticos a cuenta del pom. pero se ve que a este hombre le gustan más los acuerdos bilaterales que a un tonto un lápiz. oí por ahí que estaba prohibida la subida de autobuses turísticos al casco (tenían la explanada del hostal del cardenal para dejar a los viajeros y que a partir de ahí utilizaran las escaleras mecánicas, que para eso son tan bonitas y tantos premios internacionales obtienen), pero que ante la queja de algún empresario hostelero y comerciantes de la zona alcazarípeta, se había conveniado (qué poco me gusta este palabro) que los autobusacos con su guía amicrofonao y sus guiris llegaran hasta el final de la cuesta de carlosv (mi sucesol) y armaran la de diosesunoytrino para que estos señores no pierdan su negocio, pero sí para que el toledano de a pie pierda los nervios.

pues nada, yo no sé... si para la próxima campaña electoral se vuelve a presentar merecería que le patrocinara el avecrem y su juanpalomismo ese de los tallarines. sigamos con el p*** caos.

05 abril 2006

la calle es mía

no, no parafraseo al tyrannosaurus manolux. el otro día, vagando por visigothic park, encontré una plaquita en la pared, muy antigua, junto al nombre de la calle, más que eso, un callejón. un amable vecino, de los del cajco de toda la vida, me contó (porque así se lo aprendió el) el origen de esta placa:


en el siglo dieciséis, harto de que la iglesia, por el método cobertizo*, se apropiara de calles enteras para su uso y disfrute, el consistorio decidió sacar el dymo y ponerle a las calles susceptibles de ser vistas y no vistas la denominación de origen para que no dejaran de ser patrimonio de la humanidaz.
así que, en estos días de tribulación especuladora y mudanza inmobiliaria, en los que marbiella parece ser el alfa y omega de la corrupción, habría que empezar a desalojar pajas y vigas de muchos ojos y darse cuenta que la trapacería ha sido moneda de uso común en nuestra piel bovina desde hace muucho muucho tiempo.



*el método cobertizo consistía en que la iglesia, con la excusa de la construcción de los admirados cobertizos que unían conventos con iglesias para la asistencia al culto de los religiosos y no tener que salir al exterior, iba techando poco a poco los callejones, y cuando ya estaban cubiertos, plantaba una puerta en el final de esta calle que desembocaba en otra y ya ganaba tierras, como en holanda los pólders ganan terreno al mar, con un morro, en dos palabras, im prezionante.