el p**** caos
hola, amiguitos! como habréis visto, o mejor dicho, habréis dejado de leer, llevo un par de semanas largas sin bajarme del caballo. la semanasanta me produce guirifobia, de cuya sintomatología y tratamiento os he de hablar en una posterior ocasión. además, los chaparroncillos de lluvia ácida me han sulfatado los goznes y me resultaba harto difícil bajarme del caballo si no era de un salto. y para colmo, últimamente duermo a ratos por culpa de las obras de la autopsia, perdón, de la autopista, y por el día me hallo sumamente amodorrado. pero hoy, finalmente, me he decidido a salir de paseo y...



voy y me encuentro con el p**** caos.
algunos conoceréis a PePe Sonrisas por sus convenios urbanísticos a cuenta del pom. pero se ve que a este hombre le gustan más los acuerdos bilaterales que a un tonto un lápiz. oí por ahí que estaba prohibida la subida de autobuses turísticos al casco (tenían la explanada del hostal del cardenal para dejar a los viajeros y que a partir de ahí utilizaran las escaleras mecánicas, que para eso son tan bonitas y tantos premios internacionales obtienen), pero que ante la queja de algún empresario hostelero y comerciantes de la zona alcazarípeta, se había conveniado (qué poco me gusta este palabro) que los autobusacos con su guía amicrofonao y sus guiris llegaran hasta el final de la cuesta de carlosv (mi sucesol) y armaran la de diosesunoytrino para que estos señores no pierdan su negocio, pero sí para que el toledano de a pie pierda los nervios.
pues nada, yo no sé... si para la próxima campaña electoral se vuelve a presentar merecería que le patrocinara el avecrem y su juanpalomismo ese de los tallarines. sigamos con el p*** caos.